Lo mejor del mazo es que te adentra en el tarot de una forma
diferente; la mayoría de las personas ven el ciclo de la vida con un principio
y un fin pero este mazo te da una visión donde todo es cíclico, que todo tiene
un motivo y sin darte cuenta regresas al mismo sitio, pero con una enseñanza
que el camino te dejo.
Te adentra a conocer como las culturas primitivas, cada una
de las cartas parece salir de una pintura en las cuevas de Altamira o de un
Códice maya. Se aprecia el conocimiento de la autora al elaborar las imágenes,
cada una de ellas te cuenta una historia
y al mismo tiempo le ves la relación tan fina que tiene con las otras.
Los arcanos mayores estan muy elaborados y tiene detalles
muy precisos acerca de lo que te quiere transmitir la autora, donde te muestra
la vida, no desde un solo punto de vista, tiene varios y puedes elegir de cual
asirte. El mundo al cual te lleva este mazo permite darte cuenta que muchas
veces lo que ves no es lo que hay, existen más cosas que te pueden permitir ver
más allá y conectarte con tu parte espiritual para encontrar la respuesta.
Cada uno de los arcanos menores tiene el detalle de hacer
notar a cuál de los cuatro elementos primordiales pertenece, es así como los
bastos tienen detalles del fuego, las copas, agua; espadas, aire y los oros la
tierra; además se relacionan con sentimientos y al mismo tiempo con etapas de
la vida.
Este mazo en realidad enamora por sus personajes chamánicos
y las ilustraciones tan bien elaboradas; el detalle de ser redondo no hay
necesidad de que las cartas se lean invertidas, las cartas como la vida son
cíclicas.
Lo recomiendo para alguien que está aprendiendo
o si es muy experimentado, las cartas sin ser obvias te cuentan historias y
tienen detalles simbólicos que no encuentras en otros mazos.
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