Los Antiguos Celtas poseían amplísimos conocimientos y
mostraban gran respeto por las cualidades curativas y Mágicas de las plantas y
las piedras.
Conocían y hacían uso de los flujos energéticos de la
tierra, los árboles y algunas formaciones rocosas especiales y solían convocar
a los espíritus elementales, la “gentecilla” de los Irlandeses, a quienes los
ingleses llamaban duendes y hadas.
Para poner en práctica una Magia Celta eficaz en nuestros
días, debéis mostraros dispuestos a aprender y a utilizar la Magia de las
hierbas y las plantas.
Tendréis que buscar algunas piedras y convencerlas para que
actúen a vuestro servicio y cuidarlas como fuente de energía que es.
Deberéis respetar los poderes elementales y de los
elementos, solicitar su ayuda y mostrar vuestra buena disposición hacia ellos.
Tendréis que buscar los antiguos depósitos de fuerza
positiva que el culto de los Celtas contribuyo y alimentó, y que todavía
existen.
La Magia consiste en la suspensión de lo que vemos y la
creencia en lo que no podemos ver y su utilización, aunque sabiendo de manera
instintiva que está ahí.
La Magia Celtica consiste sencillamente en aplicar ese
ingrediente invisible de tal forma que, mediante interacción de poderes
naturales o de la propia naturaleza, se puede mejorar la vida.
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